Hoy vengo con ganas de enseñar cosas nuevas, así que vamos a ponernos manos a la obra que con el mal tiempo se agudizan los sentidos y debe aflorar aún más la creatividad.
¿Cómo darle rienda suelta a esta maravillosa peculiaridad de la mente del hombre? pues con un millón de objetos y técnicas podríais trabajarla, pero en especial hoy voy a hablaros de un material, El fieltro.
Este material es un textil no tejido, normalmente lo encontramos en las tiendas en forma de lámina y su característica más importante es que para fabricarlo no se teje como ocurre con otras telas. Tiene muchas propiedades que diferencian al fieltro de otros textiles, tiene un revestimiento que le permite ser impermeable y resistente al desgarro, además también puede teñirse, aunque normalmente puedes adquirirlo con una variedad espeluznante de colores, texturas o grosor.
Para hacer fieltro se necesita conglomerar mediante vapor y presión varias capas de fibras de lana o pelo de varios animales, usando la propiedad que tienen de adherirse entre sí, de ahí que a veces sea conocido como aglomerado. El fieltro se puede moldear —por vapor y presión— para elaborar, zapatillas, sombreros, etc.
Cuando el fieltro está fabricado con una mezcla de fibras de lana y rayón, resulta más suave. Mientras más áspero y rígido nos resulte al tacto, más elementos plásticos o sustitutivos de la lana tendrá nuestro material.
Evidentemente con estas últimas características resulta más económico.
En el ámbito de la costura, el principal inconveniente del fieltro es su baja resistencia y la ventaja es que se trata de un material ligero y moldeable. Cuando se utiliza para faldas, chaquetas, alfombras, etc. se montan sobre un forro que le proporcione cierta estructura.
He encontrado una breve historia de la aparición del fieltro que me ha resultado muy interesante, y mis ramalazos de maestra con ganas de enseñar y causar curiosidad me obligan a compartirla con vosotros. Espero que aprendáis algo nuevo de nuestros antepasados y cuando tengáis fieltro en vuestras manos encontréis la necesidad de contarlo:
El Fieltro es el primer textil creado por el hombre, y fue creado además mucho antes de aprender a tejer o hilar, y es que hasta entonces solo se vestía con cueros, pieles y lana. Hay varias teorías de cómo pudo descubrirse, pero todas coinciden en que fue algo casual. Cuentan que los animales al frotarse contra los árboles dejaban pelo enganchado y apelmazado que pudo ser origen o idea para luego aprender a fieltrar la lana. También se cree que la ropa y calzado que vestían estos hombres primitivos, hecha de vellón, o incluso las sillas de montar, al moverse creaba una fricción que junto con la humedad del sudor creaba una tela fieltrada y compacta. Fue utilizado en sus orígenes por tribus nómadas de Asia central, Rusia y Turquía. Se aplicaba a vestimentas y objetos de adorno pero también lo utilizaban para construir sus chozas. Era un material ideal porque aunque fuera grueso y de gran extensión nunca resultaba pesado, además es resistente a los vientos, aislante del frío, aguanta bastante bien la acción de la lluvia y retarda el fuego.
Desde la revolución industrial el fieltro se fabrica con grandes máquinas industriales, usualmente con una mezcla de fibras sintéticas y lana, además usando un método seco con agujas, donde repetidamente entran y salen de las fibras lechos de agujas con púas hasta que se mezclan y forman capas de tela.
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